¿Cuáles son las virtudes de San Francisco de Asís?

¿Cuáles son las virtudes de San Francisco de Asís? La vida de San Francisco de Asís es un estandarte brillante de santidad en la tradición cristiana.

Conocido por su desapego a las riquezas mundanas, su devoción a Dios y a todas sus criaturas, y su compromiso con la pobreza, la humildad y la caridad, San Francisco es un modelo de las virtudes cristianas.

Detallar todas las virtudes de San Francisco de Asís que en su momento demostró como hombre, sería injusto de escribirla.

Ya que no solamente debió superar los obstáculos sociales que en su momento vivía, sino que además debió enfrentar a su propia iglesia, quien le encargaba constantemente nuevos escritos, reglas y misiones cristianas. Aunque murió a la temprana edad de 44 años, las virtudes de San Francisco de Asís aún se estudian en la teología moderna.  

Para resumir nuestro tema, podríamos definir nuestra pregunta central sobre cuáles son las virtudes de San Francisco de Asís, podríamos decir que es la sabiduría, simplicidad, pobreza, humildad, caridad, sacrificio, alegría, obediencia, sencillez y la virtud.

 ¿Cómo la virtud de simplicidad y pobreza te otorgan la sabiduría?

San Francisco de Asís demostró una sabiduría espiritual extraordinaria a lo largo de su vida. Aunque no fue un erudito en el sentido tradicional, su entendimiento intuitivo y profundo de las enseñanzas de Cristo inspiró a muchas personas. Fue un maestro de la vida espiritual, capaz de ver más allá de lo superficial y encontrar la verdad en las enseñanzas de Cristo.

La simplicidad es otra virtud representante de este santo, pues eligió vivir de una manera simple, desprovisto de las distracciones y complicaciones del mundo. Su simplicidad no solamente se manifestaba en su estilo de vida, sino también en su fe. Él creía en un cristianismo práctico y sencillo, basado en la amorosa imitación de Cristo en la vida cotidiana.

Entre sus virtudes se destacaba la pobreza. La cual, elegio seguir de manera voluntaria como una forma de caminar los mismos pasos de Cristo más de cerca. Renunció a todas sus posesiones materiales y eligió confiar únicamente en la providencia de Dios.

Esto le permitió concentrarse en la espiritualidad y darle a la Iglesia uno de los mayores escritos de la sabiduría y el entendimiento de las Escrituras. Al momento de su muerte, su cuerpo era todo una biblia o un legado escrito, puesto que algunas de sus heridas eran similares a las de Cristo.

Virtudes de humildad, caridad y sacrificio

La humildad de San Francisco es quizás una de sus virtudes más reconocidas. A pesar de ser el fundador de la Orden Franciscana, siempre se consideró el menor entre sus hermanos y evitó cualquier signo de autoridad o prestigio. Para él, la humildad implicaba reconocer su propia pequeñez ante Dios y tratar a todas las personas con amor y respeto, independientemente de su estatus social.

Esto lo convirtió en un modelo de caridad. Fue generoso con los necesitados y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Su caridad se extendía a todas las criaturas, y se les atribuye el haber predicado a los animales y considerado al sol, la luna y las estrellas como hermanos y hermanas.

Creencias que en su momento también generaron varias disputas, pero que, por su propia forma de ser y explicar la vida cristiana, le alejaron de problemas mayores.

Todo lo anterior, simplemente revela que una de las virtudes de San Francisco de Asís fue la del sacrificio. El cual manifestaba en su disposición a sufrir por amor a Cristo, como se evidencia en la recepción de los estigmas, las heridas de Cristo, en su cuerpo.

¿Cómo de la sencillez pasar a la alegría y la obediencia?

A pesar de sus sacrificios y penitencias, San Francisco siempre mantuvo un espíritu alegre. Su amor por Dios y por todas las criaturas de Dios se manifestaba en una alegría profunda y contagiosa.

También demostró una gran obediencia a la Iglesia y a sus superiores. A pesar de las tensiones y los desafíos, siempre buscó la aprobación de la Iglesia para su Orden y siguió las indicaciones de sus superiores.

La sencillez era otra característica esencial de su forma de ser. Su enseñanza y predicación eran simples y directas, y su forma de vida también reflejaba esta sencillez.

San Francisco de Asís encarna la virtud en su forma más pura. Fue un hombre de oración, un amante de la pobreza, un modelo de humildad, un servidor de los pobres, un pacificador y un amante de todas las criaturas de Dios.

Aunque al momento de definir ¿Cuáles son las virtudes de San Francisco de Asís?, resumimos todo en sabiduría, simplicidad, pobreza, humildad, caridad, sacrificio, alegría, obediencia, sencillez y virtud. Realmente, nos quedamos cortos en lo que puede llegar a convertirse un hombre que con sus virtudes se convirtió en uno de los santos más venerados y respetados de la iglesia católica.