Letanía de la Divina Misericordia

La Letanía de la Divina Misericordia no es una única oración o plegaria, sino que la componen un sin numero de creaciones desde la perspectiva de los santos. La más importante es la novena de la Divina Misericordia, que se celebra nueve días antes de la Fiesta de la Divina Misericordia, tiene su inicio en el Viernes Santo.

Desde luego, la Fiesta de la Divina Misericordia se conmemora el primer domingo después de la Pascua. Pero, esto no significa que no podamos hacer las letanías a lo largo del año.

Letanía de la Divina Misericordia en el Santo Rosario

Rezar el Santo Rosario católico es una práctica común entre los fieles. Para iniciar el Santo Rosario, se realiza la señal de la cruz, seguido por el rezo del Credo, el Padre Nuestro y tres Avemarías. Durante el rezo, se meditan los misterios, incluyendo el Padre Nuestro, las Avemarías y la Gloria.

En cuanto a la Coronilla de la Divina Misericordia, esta se puede rezar tanto durante la novena de la Divina Misericordia como en cualquier momento como una devoción personal. Ahora, las promesas de la Divina Misericordia, reveladas a Santa Faustina por Jesucristo, están relacionadas principalmente con la confesión y la comunión, especialmente durante la Fiesta de la Divina Misericordia.

Aunque el rosario se puede realizar en cualquier momento, la hora de la nona se refiere a las 3 p.m., el momento simbólico en que se cree que Jesucristo murió en la cruz. En la devoción a la Divina Misericordia, este momento a menudo se observa con oraciones y reflexiones profundas.

Para rezos más profundos o recitar la Letanía de la Divina Misericordia, se recomienda hacerla en el horario contrario que es a las 3 a.m. Donde incluso muchos sacerdotes se despiertan a orar a estas horas y hemos conocido de casos que lo hacen a las 5 a.m. con la salida de los primeros rayos de sol.

¿Por qué existen tantas letanías a la Divina Misericordia?

Las letanías son una forma de comunión en grupo. Estas se componen de una súplica o invocación y la respuesta de aquellos que acompañan la oración. Aunque esto no significa que no puedas hacerla en solitario.

Aunque las letanías que te dejaremos a continuación son exclusivas para pedir a Dios, es normal que encuentres algunas dedicadas a los santos. Adicionalmente, pueden existir variaciones en cuanto a la intersección que pedimos para protegernos y suplicar por los favores divinos. Es aquí donde es importante entender lo que está detrás de la suplica.

Es decir, podemos realizar una letanía para pedir un favor de salud, mientras que otra puede ser para pedir por nuestros ingresos mejor salario, condiciones laborales, etcétera. Por lo tanto, no significa que una sea más fuerte o poderosa que otra, ya que esto dependerá siempre de tu fe y la confianza que deposites en cada una de tus oraciones.

Se prefiere realizar estas peticiones en ayunas, durante las primeras horas de luz, cuando el cuerpo está completamente descansado y aún no se ha sumergido en la rutina diaria a la que estamos expuestos en nuestra vida.

Letanías de la Divina Misericordia

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos, Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial – ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo – ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo – ten piedad de nosotros.

Santa Trinidad, un solo Dios – ten piedad de nosotros.

Misericordia Divina, supremo atributo de Dios – en ti confiamos.

Misericordia Divina, insondable amor del Santificador

Misericordia Divina, misterio incomprensible de la Santa Trinidad

Misericordia Divina, expresión del máximo poder de Dios

Misericordia Divina, en la creación de los espíritus celestiales

Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia

Misericordia Divina, que abarca todo el universo

Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal

Misericordia Divina, que nos protege de los castigos merecidos

Misericordia Divina, que nos rescata de la miseria del pecado

Misericordia Divina, que nos justifica en la Palabra Encarnada

Misericordia Divina, que mana de las llagas de Cristo

Misericordia Divina, que brota del Sacratísmo Corazón de Jesús.

Misericordia Divina, que nos da a la Santísima Virgen María como Madre de la Misericordia

Misericordia Divina, en la revelación de los misterios de Dios

Misericordia Divina, en la institución de la Iglesia universal

Misericordia Divina, en la institución de los santos sacramentos

Misericordia Divina, ante todo en el sacramento del Bautismo y la Penitencia

Misericordia Divina, en el sacramento del Altar y el sacerdocio

Misericordia Divina, en llamarnos a la santa fe

Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores

Misericordia Divina, en la santificación de los justos

Misericordia Divina, en el perfeccionamiento de los piadosos

Misericordia Divina, fuente para los enfermos y los que sufren

Misericordia Divina, consuelo para los corazones angustiados

Misericordia Divina, esperanza de las almas desesperadas

Misericordia Divina, que acompaña a todos siempre y en todas partes

Misericordia Divina, que nos adelanta con gracias

Misericordia Divina, paz de los agonizantes

Misericordia Divina, gozo celestial de las almas salvadas

Misericordia Divina, frescor y alivio para las almas del purgatorio

Misericordia Divina, corona de todos los santos

Misericordia Divina, inagotable fuente de milagros.

Cordero de Dios que has mostrado la mayor misericordia en la redención del mundo en la cruz – perdónanos, Señor.

Cordero de Dios que te ofreces misericordiosamente por nosotros en cada santa Misa – escúchanos, Señor.

Cordero de Dios que por la insondable misericordia quitas nuestros pecados – ten piedad de nosotros.

Sacerdote: La misericordia de Dios por encima de todas sus obras.

Fieles: Por eso alabaremos la misericordia del Señor por siempre.

Oremos:

Oh Dios, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros tu mirada bondadosa y aumenta tu misericordia en nosotros, para que nunca, ni siquiera en los momentos más difíciles nos desesperemos, sino que, con confianza, nos sometamos a tu santa voluntad que es la misericordia misma. Por nuestro Señor Jesucristo, Rey de la misericordia que contigo y con el Espíritu Santo nos manifiesta misericordia ahora y por los siglos. Amén.

Letanías a la Misericordia Divina

Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Señor, ten piedad de nosotros.

Jesucristo, óyenos: Jesucristo escúchanos.

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros.

Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

Santísima Trinidad, que sois Un solo y verdadero Dios, ten piedad

De nosotros.

Debes decir:  En Tí Confío (al finalizar cada una de las siguientes frases)

Jesús, Rey de Misericordia, que has redimido el mundo.

Jesús, Rey de Misericordia, por quien todas las cosas fueron creadas.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos has santificado.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos revelasteis el misterio de La Santísima Trinidad.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos manifestasteis la Omnipotencia de Dios.

Jesús, Rey de Misericordia, que te manifiestas en la creación de los espíritus celestiales.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos formasteis de la nada.

Jesús, Rey de Misericordia, que abrazas todo el universo.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos das la vida eterna.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos proteges del castigo merecido.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos libras de la miseria del pecado.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos concedes la justificación en el verbo encarnado.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos concedes misericordia por Tus Santas llagas.

Jesús, Rey de Misericordia, que brota de Tu Santísimo Corazón.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos distes a la Santísima Virgen como Madre de Misericordia.

Jesús, Rey de Misericordia, por la cual has sufrido Tu encarnación, Pasión y Muerte.

Jesús, Rey de Misericordia, por medio de la cual ayudas a todos, en todas partes y siempre.

Jesús, Rey de Misericordia, por la cual nos has prevenido con Tus Gracias.

Jesús, Rey de Misericordia, la que nos has manifestado revelándonos los Misterios Divinos.

Jesús, Rey de Misericordia, la que manifestastes instituyendo Tu Santa Iglesia.

Jesús, Rey de Misericordia, que habiendo instituido los Santos Sacramentos, nos abristes los torrentes de Tus Gracias.

Jesús, Rey de Misericordia, por la que nos has obsequiado con los Santos Sacramentos del Bautismo y de la Penitencia.

Jesús, Rey de Misericordia, por la que nos has obsequiado con la Santísima Eucaristía y el Sacerdocio.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos has llamado a Nuestra Santa Fe.

Jesús, Rey de Misericordia, que la manifiestas por la conversión de los pecadores.

Jesús, Rey de Misericordia, que la manifiestas iluminando a los fieles.

Jesús, Rey de Misericordia, que la revelas por la santificación de los justos.

Jesús, Rey de Misericordia, que llevas a los santos a la cumbre de la santidad.

Jesús, Rey de Misericordia, la que brota de Tus Santas llagas.

Jesús, Rey de Misericordia, la que brota de Tu Santísimo Corazón.

Jesús, Rey de Misericordia, que eres consuelo de los enfermos y afligidos.

Jesús, Rey de Misericordia, que eres el único consuelo de los corazones afligidos.

Jesús, Rey de Misericordia, que das esperanzas a las almas que se hallan en desesperación.

Jesús, Rey de Misericordia, que acompañas a todos los hombres siempre y en todas partes.

Jesús, Rey de Misericordia, que nos colmas con el torrente de Tus Gracias.

Jesús, Rey de Misericordia, que eres el refugio de los moribundos.

Jesús, Rey de Misericordia, que eres el consuelo de las almas del purgatorio.

Jesús, Rey de Misericordia, que eres la Corona de todos los Santos.

Jesús, Rey de Misericordia, que eres el gozo celestial de los que se salvan.

Jesús, Rey de Misericordia, que eres la fuente inagotable de los milagros.

Jesús, Rey de Misericordia, que eres la salvación del mundo entero.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.

Las Misericordias de Dios, son más grandes que todas sus obras.

Por eso cantaré las Misericordias de Dios para siempre.

Letanías a la Divina Misericordia de consagración

Ayúdame, oh Señor, a ser misericordioso.

Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle.

Ayúdame, oh Señor, a que mis oídos sean misericordiosos, para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa, para que jamás hable negativamente de mi prójimo, sino que tenga una palabra de consuelo y de perdón para todos.

Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras, para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargar sobre mí las tareas más difíciles y penosas.

Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos, para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. Mi reposo verdadero está en el servicio a mi prójimo.

Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso, para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo. A nadie le rehusaré mi corazón. Seré sincero incluso con aquellos de los cuales sé que abusarán de mi bondad. Y yo mismo me encerraré en el Misericordioso Corazón de Jesús. Soportaré mis propios sufrimientos en silencio. Que tu misericordia, oh Señor, repose dentro de mí.

Señor, ten misericordia de nosotros. Señor, ten misericordia de nosotros

Cristo, ten misericordia de nosotros. Cristo, ten misericordia de nosotros

Señor, ten misericordia de nosotros. Señor, ten misericordia de nosotros

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos

Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos

Dios, Padre celestial. Ten misericordia de nosotros

Dios Hijo Redentor del mundo. Ten misericordia de nosotros

Dios Espíritu Santo. Ten misericordia de nosotros

Trinidad Santa, un solo Dios. Ten misericordia de nosotros

Misericordia Divina, que brota del seno del Padre. En Ti confío.

Misericordia Divina, supremo atributo de Dios. En Ti confío.

Misericordia Divina, misterio incomprensible. En Ti confío.

Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad. En Ti confío.

Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico. En Ti confío.

Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad. En Ti confío.

Misericordia Divina, más sublime que los cielos. En Ti confío.

Misericordia Divina, fuente de milagros y maravillas. En Ti confío.

Misericordia Divina, que abarca todo el universo. En Ti confío.

Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado. En Ti confío.

Misericordia Divina, que emanó de la herida abierta del Corazón de Jesús. En Ti confío

Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores. En Ti confío.

Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia. En Ti confío.

Misericordia Divina, en la institución de la Santa Iglesia. En Ti confío.

Misericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo. En Ti confío.

Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo. En Ti confío.

Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida. En Ti confío.

Misericordia Divina, que nos abraza especialmente a la hora de la muerte. En Ti confío.

Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal. En Ti confío.

Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida. En Ti confío

Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal. En Ti confío.

Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos. En Ti confío

Misericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los Santos. En Ti confío.

Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios. En Ti confío

Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria. En Ti confío.

Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite. En Ti confío.

Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia. En Ti confío.

Misericordia Divina, que abarca todas las obras de sus manos. En Ti confío.

Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios. En Ti confío.

Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos. En Ti confío.

Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados. En Ti confío.

Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas. En Ti confío

Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor. En Ti confío.

Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas. En Ti confío.

Misericordia Divina, que infunde esperanza, perdida ya toda esperanza. En Ti confío.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Ten misericordia de nosotros.

Las Misericordias de Dios son más grandes que todas sus obras. Por eso cantaré las Misericordias de Dios para siempre.

¿Cuál letanía a la Divina Misericordia elegir?

Cuando nos preguntan qué letanía elegir, siempre respondemos que elijas aquella que te haga sentir mejor. No debes sentirte mal si tienes preferencias hacia un santo, una virgen o incluso si prefieres rezar directamente a Dios y no a Jesucristo.

Es importante recordar que Jesucristo explicaba que los ángeles, arcángeles y su cuerpo eran simplemente un camino para llegar a Dios. Por tanto, Dios es la Divina Misericordia, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tal como nos enseñan las Sagradas Escrituras y como experimentamos en nuestra vida diaria.

Lo que te recomendamos, como mencionamos al inicio del artículo, es que elijas las letanías que toquen tu corazón y satisfagan tus necesidades. Recuerda que tú tienes el poder y la fuerza para enfrentar cualquier situación. Por lo tanto, acompaña estas letanías con tu forma de ser, actuar y hacer que las cosas sucedan. Para finalizar ¿Cuándo fue la última vez que recitaste la Letanía de la Divina Misericordia?

luis delgado periodista chileno

por Luis Delgado

Luis Delgado (Santiago, 1 de enero de 1980) es un periodista chileno que se especializa en temas religiosos y espirituales. Ha trabajado en varios medios de comunicación y ha publicado varios libros relacionados al estudio de la Biblia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *