¿Cuál es la oración de San Benito para protección? Benito de Nursia (Nursia, Umbría, 480 – Montecasino, Lacio, 21 de marzo de 547) fue un destacado monje cristiano cuya influencia en el desarrollo de la vida monástica en Occidente es ampliamente reconocida.
Su legado es venerado como santo tanto por la Iglesia católica como por la Iglesia ortodoxa y luterana. Lo que demuestra su importancia trascendental en la historia del cristianismo y su reconocimiento en diferentes tradiciones eclesiásticas. Es conocido actualmente por su Medalla de San Benito, así como la oración de San Benito para protección.
Oración de San Benito para protección
“¡Oh, Santo Padre Benito, que ayudas a cuantos acudimos a ti! Acógeme bajo tu protección; defiéndeme de todo mal que aceche mi vida; obtenme la gracia del arrepentimiento de mi corazón y una verdadera conversión para reparar las culpas cometidas, y para alabar y glorificar a Dios todos los días de mi vida.
Dios omnipotente y eterno, por los méritos y el ejemplo de San Benito, de su hermana, la virgen Escolástica y de todos los santos sacerdotes, renueva en mí Tu Santo Espíritu; dame fortaleza en el combate contra las tentaciones del maligno, paciencia en las tribulaciones de la vida, prudencia en los peligros.
Aumenta en mí el amor a la castidad, el deseo de la pobreza, el ardor en la obediencia, la humilde fidelidad en la observancia de la vida cristiana. Confortado por ti y sostenido por el amor de mi prójimo, puedo servirte alegre y unirme victorioso en la Patria Celestial a todos los santos. Por Cristo, Nuestro Señor.
Amén.”
¿Qué dice la biblia sobre la oración de San Benito para protección?
Esta oración no solo refleja la admiración por San Benito y su vida de devoción, sino también los valores centrales del cristianismo.
“Acógeme bajo tu protección; defiéndeme de todo mal que aceche mi vida; obtenme la gracia del arrepentimiento de mi corazón”: Esta frase puede ser referenciada a 2 Tesalonicenses 3:3 “Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal”. En este versículo, el apóstol Pablo asegura a los creyentes que Dios les protegerá del mal.
“Dios omnipotente y eterno, por los méritos y el ejemplo de San Benito, de su hermana, la virgen Escolástica y de todos los santos sacerdotes, renueva en mí Tu Santo Espíritu”: Este pasaje refleja el deseo del orador de recibir el Espíritu Santo, tal como se menciona en Efesios 4:23-24 “Y ser renovados en el espíritu de vuestra mente, y vestiros del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”.
“Aumenta en mí el amor a la castidad, el deseo de la pobreza, el ardor en la obediencia”: Este fragmento se refiere a los votos monásticos de castidad, pobreza y obediencia, y se puede conectar con las bienaventuranzas en Mateo 5, en particular con versículos como Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.
“Confortado por ti y sostenido por el amor de mi prójimo, puedo servirte alegre y unirme victorioso en la Patria Celestial a todos los santos. Por Cristo, Nuestro Señor. Amén.”: Aquí, el orante se refiere a la gran esperanza cristiana de la vida eterna con Dios, como se ve en Juan 14:2 “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.”
¿Cómo pedir protección antes de iniciar el día?
La Biblia es un testimonio vívido de la protección y la guía que Dios ofrece a sus seguidores. A lo largo de sus páginas, encontramos múltiples referencias a la seguridad que brinda Dios a aquellos que buscan su presencia y su dirección. Adicionalmente, son versículos perfectos para pedir acompañamiento divino, como la que nos otorga la oración de San Benito para protección.
En el libro de Filipenses 4:13, leemos: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Este versículo nos recuerda que nuestro poder no proviene de nuestras capacidades humanas, sino del fortalecimiento que recibimos de Cristo. Recordándote que, en nuestras debilidades, angustias y momentos de incertidumbre, es Cristo quien nos da la fuerza para superar todas las adversidades.
En Isaías 46:4, Dios hace una promesa a su pueblo: “Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré”. Aquí el profeta enfatiza la constancia y fidelidad de Dios, que promete cuidarnos y sostenernos en todas las etapas de la vida.
En el Salmo 16:8, el salmista declara su confianza en Dios: “Siempre tengo presente al Señor; con él a mi derecha, nada me hará caer”. Aquí, se destaca la idea de la omnipresencia de Dios, quien está siempre presente en nuestras vidas, proporcionando apoyo y protección.
¿Cómo pedir protección y poder para enfrentar a nuestros enemigos?
Mateo 26:53 muestra el poder y la autoridad de Jesús, incluso en su hora más oscura: “¿Crees que no puedo acudir a mi Padre, y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones de ángeles?”. Lo cual, nos recuerda el poder de Dios para enviar ayuda angelical en tiempos de crisis.
El libro de 2 Samuel 22:32 resalta la singularidad de Dios y su función como protector: “¿Pues quién es Dios, si no el Señor? ¿Quién es la roca, si no nuestro Dios?”.
El Salmo 146:9 nos habla de cómo Dios protege a los vulnerables: “El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda, pero frustra los planes de los impíos”. Dios, en su amor y justicia, defiende a aquellos que son oprimidos y desamparados.
Por último, en el Salmo 5:12, se nos asegura la bendición de Dios para los justos: “Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad”. Esta bendición incluye la protección divina que, como un escudo, rodea y defiende a quienes buscan hacer lo correcto.