¿Cuál es la oración de San Expedito? San Expedito es el patrón de las causas justas y urgentes. Su nacimiento y muerte es un misterio, pero se considera que tuvo lugar en Armenia. Se considera como el abogado de todas las causas que consideramos perdidas.
Curiosamente, es de los pocos santos a los que se les celebra la festividad, lo cual ha creado una especie de devoción oculta, puesto que algunos sectores de la iglesia no consideran su existencia. Esto le da un toque adicional de misticismo, puesto que la imagen que se conoce de él fue pintada por alguien desconocido cercano al siglo 19, que se creía tuvo una revelación de su imagen.
Oración de San Expedito
«Mi San Expedito de las causas justas y urgentes, intercede por mí junto a Nuestro Señor Jesucristo, para que venga en mi socorro en esta hora de aflicción y desesperanza.
Mi San Expedito tú que eres el Santo guerrero. Tú que eres el Santo de los afligidos. Tú que eres el Santo de los desesperados. Tú que eres el Santo de las causas urgentes, protégeme, ayúdame, otorgándome: fuerza, coraje y serenidad. ¡Atiende mi pedido! (En esta parte se debe realizar el pedido).
Mi San Expedito, ayúdame a superar estas horas difíciles, protégeme de todos los que puedan perjudicarme, protege a mi familia, atiende mi pedido con urgencia. Devuélveme, la Paz y la tranquilidad.
¡Mi San Expedito! Estaré agradecido por el resto de mi vida y propagaré tu nombre a todos los que tienen Fe.
Muchas Gracias
¿Cuándo pedir su intervención para las causas urgentes?
Por lo general se realiza la oración a San Expedito cuando tenemos una causa urgente que no tiene a la vista una solución. Por lo general, lo que se busca es pedir protección y que se pueda superar las horas difíciles, de modo de que al finalizar el día o el evento no se tenga ninguna aflicción.
De aquí la importancia de pedir esa paz y tranquilidad que todos nos merecemos, puesto que la fe en Cristo Jesús es justamente para que nos llene nuestra vida de amor.
¿Cuál es el fundamento biblio de la oración de San Expedito?
La búsqueda de intervención divina es un anhelo común en tiempos de necesidad. La Biblia nos brinda una guía y una inspiración invaluable sobre cómo pedir socorro a Jesús. A través de sus versículos, vemos ejemplos de personas que, en sus momentos de angustia, recurrieron al Señor en busca de ayuda.
Un versículo del Salmo 34:17 nos recuerda que “claman los justos, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias”. Aquí vemos que la fe y la súplica van de la mano, y que acudir a Dios con sinceridad es esencial. Además, en el evangelio de Mateo, cuando Pedro se hunde en las aguas turbulentas, exclama: “¡Señor, sálvame!” (Mateo 14:30), es un recordatorio de que debemos pedir ayuda con humildad y fe.
La Biblia también nos muestra cómo la persistencia en la oración puede ser poderosa. En Lucas 17:13, leemos que personas afligidas clamaron a Jesús: “¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!”. Lo cual, nos enseña que debemos acudir al Señor con confianza y perseverancia.
Hebreos 4:16 nos anima a acercarnos al trono de la gracia con confianza, sabiendo que Dios responde en el momento adecuado. Estos versículos son un recordatorio de que podemos pedir intervención divina con la seguridad de que Dios nos escucha y responde en su sabiduría.